30/5/14

No se muevan, caballeros

La Guerra de Secesión fue de las primeras que fueron cubiertas por la prensa de manera más o menos regular (en todos los sentidos de la palabra).

Dejando aparte los artículos escritos, las ilustraciones de los periódicos y revistas eran sobre todo dibujos, grabados, o dibujos o grabados a partir de fotografías, ya que entonces la tecnología no permitía reproducir directamente aquéllas en los periódicos.

Matthew B. Brady
Además, las fotografías de acciones en movimiento eran imposibles por aquello del necesario tiempo mínimo de exposición. Por ello, dejando a un lado los retratos individuales o de grupo que, evidentemente, no se tomaban en el fragor de la batalla, las casi únicas fotografías que dejan constancia de los enfrentamientos eran de… cadáveres, exquisitos cadáveres que decía alguien (ahorrémonos humorismos fáciles sobre la necesaria quietud para el famoso tiempo de exposición ante el objetivo).

El más famoso-conocido de los fotógrafos que seguían a las tropas era Matthew Brady, más apreciado ahora que en su tiempo, ya que entonces el público no quería saber nada de fotos de muertos y heridos; incluso hay quien le acusa de mover los cuerpos de donde realmente habían caído para lograr así mejores composiciones.

Pongo dos fotos de dos vivos entonces (eso sí, muy quietos) hechas por Brady (o quizás por su gente, que tenía bastantes “ayudantes”): Robert E. Lee y Ulysses S. Grant, los dos comandantes supremos (ya al final de la guerra) de los ejércitos enfrentados.



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