"Glory" (Edward Zwick, 1989, con una excelente banda sonora de James Horner) narra la formación del Regimiento nº 54 de Massachusetts, compuesto por soldados negros. El clímax de la película es el asalto encabezado por el 54 al Fuerte Wagner, en la Bahía de Charleston, el día de San Federico de 1863; otra operación mal planificada, peor ejecutada, militarmente inútil y que sirvió para masacrar al regimiento (eso sí, con "Gloria").
Pero más allá de los hechos de armas, lo que plantea la película es que la creación de regimientos de tropas de color en el norte y su posterior empleo (en las escasas ocasiones en que se utilizaron seriamente), estaban cargados de hipocresía, corrección política y racismo latente.
Algo así como: "vale, yo no tengo esclavos como esos rebeldes del sur, y alisto a soldados negros para que luchen por la libertad, bla, bla, pero ¿iguales? Venga ya. Estos negratas no valen el pedo de un blanco; y por otra parte, si los lanzo directamente a la batalla, los intelectuales abolicionistas de Boston me acusarán de usarlos como carne de cañón...".
Y los afanes del protagonista, el coronel Shaw (blanco, como todos los oficiales del regimiento, no nos pasemos) van dirigidos a obtener para sus hombres un trato digno como soldados del ejército de la Unión, con independencia de pigmentos.
"Col. Robert G. Shaw and the 54th Massachusetts", Mort Künstler |
Pongo primero una escena incruenta sobre algo que, por cierto, sabían hacer mucho mejor (en general) los negros que los blancos.
En la Guerra de Secesión también se usaban —aunque no mucho— granadas de mano, de esas que detonaban con el impacto como podéis ver a los 20 segundos del siguiente vídeo, de la misma película.
En la Guerra de Secesión también se usaban —aunque no mucho— granadas de mano, de esas que detonaban con el impacto como podéis ver a los 20 segundos del siguiente vídeo, de la misma película.
El fuerte nunca fue tomado, a pesar de los continuos asaltos de los nordistas en los meses sucesivos, sino que fue finalmente abandonado por los confederados ante la falta de agua potable, ya que la que había resultó contaminada porque muchos de los soldados muertos en los sucesivos ataques estaban enterrados cerca de los pozos que abastecían el fuerte.
Cuando el fuerte fue abandonado por los sudistas en septiembre de 1863 quedó gran cantidad de pólvora almacenada en su arsenal lo que, en combinación con la imprudencia de dos soldados federales borrachos que andaban golismeando por allí, hizo que todo el tinglado estallara, muriendo unos 300 soldados de la Unión que acababan de ocupar la fortaleza.
Y no me resisto a decir que el sargento Carney, en quien quizás esté inspirado el personaje interpretado por Morgan Freeman (antes de que se ‘institucionalizara’ en Shawshank), obtuvo por su actuación en el asalto a Fort Wagner la Medalla de Honor del Congreso. ¿Se la merecía? Seguro. ¿Influyeron en su concesión la corrección política y el paternalismo de "cabaña de Tío Tom"? No sé.
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