17/5/14

Un cojo presumido

Fanny White
Nacido en los años 20 del s. XIX, Daniel Sickles fue un niñato de familia bien. Abrió su despacho de abogado en Nueva York junto con una dudosa reputación a causa de sus cuestionables prácticas y una carrera política vinculada a manipulación de votos, votantes ilegales de otros distritos y peleas de taberna. Jovenzuelo rico y "disoluto", su primer escándalo estalló cuando acudió con su por entonces amante, una famosa prostituta llamada Fanny White, a la sede de la Asamblea del Estado de Nueva York de la que era miembro.

Con 33 años sorprendió a su familia al casarse con Teresa Bagioli, una adolescente de quince años; Sickles aceptó un puesto en la embajada americana en Londres, pero como su esposa embarazada no pudo acompañarle se llevó a su antigua amante, Fanny White, con la que no dudó en comparecer en una recepción de la Reina Victoria. De vuelta a Nueva York se implicó activamente en el montaje del Central Park, convenciendo al gobernador para que firmara el decreto de creación del famoso parque. Algo influiría también su participación en un consorcio que había comprado terrenos alrededor de la zona para la construcción de viviendas.

Pasado un tiempo, e instalado en Washington, obtuvo de su esposa Teresa una confesión por escrito de que se la estaba pegando con Philip Barton, uno de los protegidos políticos de Sickles, quien mató a su (supongo que ya ex) amigo de unos cuantos tiros, en la calle y a plena luz del día. Tras el asesinato Sickles se entregó y confesó el crimen. Su corta estancia en la cárcel no estuvo exenta de privilegios, ya que recibía visitas de familiares, políticos y periodistas, habilitando la vivienda de su carcelero para recibirlos. Incluso se le permitió conservar su arma.

Teresa Bagioli
Sickles fue defendido en el juicio por destacados abogados como Edwin M. Stanton (posteriormente ministro de la Guerra de Lincoln). Empleando una estrategia novedosa por parte de la defensa, en la que se declaró locura transitoria por parte de Sickles ante el adulterio de su esposa, fue declarado inocente. Era la primera vez que se aceptaba esta eximente en los Tribunales de EEUU.

Poco después el matrimonio se reconcilió públicamente, algo que la 'sociedad' no comprendió, ya que Sickles se había encargado de declarar ante la prensa que su esposa era una prostituta adúltera. El ostracismo social fue la primera consecuencia visible tras el juicio. Y en esto que, oportunamente para Sickles, estalla la Guerra.

Daniel Sickles
Dan Sickles tenía la misma experiencia y conocimientos militares que una almeja, pero, tal y como funcionaban las cosas entonces, se encargó de reclutar un regimiento de unos 3 mil voluntarios del que fue nombrado coronel gracias a sus contactos políticos. Para Gettysburg (1863) Sickles ya había ascendido a general de división y estaba al mando de un Cuerpo de Ejército, a pesar de no haber casi participado antes en ninguna batalla (lo que hacen las conocencias); el segundo día de la batalla, violando órdenes explícitas y sustituyéndolas por su propia incompetencia, los movimientos de sus divisiones casi causan un desastre absoluto para el ejército federal. El Cuerpo de Ejército de Sickles fue arrasado, y él mismo herido por una bala de cañón que destrozó su pierna derecha. Esa noche se la amputaron, y eso le sirvió para pasarse el resto de su vida autoproclamándose el héroe de Gettysburg.

Podía utilizar una pierna artificial, pero prefería asistir a las reuniones de veteranos mostrando su muñón como recordatorio permanente de su 'sacrificio'. Mark Twain, que le conoció personalmente, dijo: “Valora más la pierna que perdió que la que tiene. Estoy seguro de que si tuviera que elegir preferiría perder la que todavía tiene”. Cuando supo que las autoridades sanitarias pretendían reunir "especímenes de anatomía patológica junto con proyectiles y cuerpos extraños extraídos de los cuerpos mutilados de los soldados" para el recién creado Museo Médico del Ejército, envió allí su pierna amputada en una caja con una tarjeta donde ponía: “Con los respetos del general Daniel Sickles”. Visitaba su pierna todos los años, el día del aniversario de la amputación. Aún hoy se puede visitar. Si se tienen ganas e interés.

Al acabar la Guerra creó su propia versión de la batalla de Gettysburg, inventando sus acertadas decisiones y haciendo hincapié en la incompetencia de los demás. En 1869 se retiró del ejército con el rango de general de División. De 1869 a 1874 estuvo en España como embajador de los EEUU. Teresa había fallecido en 1867 y Sickles se casa de nuevo; vuelve a ser elegido congresista (es lo que tiene ser un 'héroe de guerra' que ha perdido una pierna por su país) aunque tuvo que abandonar cuando estalló un escándalo financiero al descubrirse una malversación de fondos. En abril de 1914 Daniel Sickles sufrió una hemorragia cerebral, falleciendo días después en su casa de Nueva York, rodeado de su mujer y sus hijos.

(El general confederado James Longstreet había dirigido el ataque al Cuerpo de Sickles en Gettysburg. Ambos trabaron una gran amistad tras la Guerra y el día de San Patricio de 1892 los dos veteranos asistieron al banquete de la Sociedad Irlandesa de Atlanta. Al salir juntos de la fiesta, un simpático Sickles dijo: “Espero que sientas haberme disparado en la pierna en Gettysburg. Supongo que tendré que perdonarte algún día”. Longstreet riéndose a carcajadas le contestó: “¿Perdonarme? ¡Deberías darme las gracias por haberte dejado sin pierna para presumir!”).

Sickles en 1912

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