26/2/15

Johnny Shiloh

John Clem, de Ohio (1851-1937), intentó alistarse a los 10 años en el Ejército de la Unión, en el recién formado tercer Regimiento de Ohio; al no conseguirlo, lo intentó en el 22º de Michigan, donde su persistencia convenció a los oficiales para aceptarlo como mascota y como tambor, aunque sin nombramiento oficial.

John Clem
En la batalla de Chickamauga (septiembre de 1863), con su unidad rodeada, un coronel confederado intimó al niño a rendirse, pero Clem le disparó a bocajarro y huyó para reunirse con sus líneas. Por esta acción, que tuvo gran repercusión en la prensa del Norte (se hizo una celebridad nacional: "el tambor de Chickamauga"), John Clem fue ascendido a sargento.

Se dice que sirvió como tambor en la batalla de Shiloh (abril de 1862), donde se ganó el apodo de "Johnny Shiloh" (dando lugar a una famosa canción de la época, de William S. Hays), aunque el 22º de Michigan no se había formado aún en esa época. Por cierto, que tampoco hay ningún informe oficial de un coronel confederado caído en las circunstancias descritas en la batalla de Chickamauga.

El chaval luchó también en Perryville, Murfreesboro, Kennesaw y Atlanta, donde fue herido dos veces.

Clem fue licenciado del ejército en 1864, a los 13 años, aunque trató de hacerse militar en 1870. Fue propuesto para ingresar en la Academia de West Point por el ya presidente Grant, pero John no logró pasar (tras varios intentos) las pruebas de acceso, por lo que Grant lo nombró directamente segundo teniente en el Ejército de EE.UU.

Clem disfrutó de una segunda carrera militar exitosa y se retiró en vísperas de la entrada de EE.UU. en la Primera Guerra Mundial con el rango de general de división, el último veterano de la Guerra de Secesión que sirvió activamente en el Ejército de EE.UU.


En este video se puede escuchar la canción citada, "Johnny Shiloh", junto con otras dos de las que ya he hablado: "When This Cruel War Is Over" y "The Bonnie Blue Flag"; corresponde a una película de tv, año 1957, de los estudios Walt Disney:

22/2/15

Visitas turísticas

El otro día tomaba café con un amigo en Alaquás (este dato es absurdo y totalmente prescindible, pero no más que lo que sigue), que me contaba su último viaje a Nueva York.

Me decía: "Merece la pena acercarse hasta Washington para ver la estatua del hombre ése que está ahí sentao".

Es una definición bastante exacta, incluso objetiva.

18/2/15

Un caballero español (Mt. 7:1-2)

Carlos Álvarez de la Mesa nació en Madrid en 1828 y en 1861 lo encontramos en Nueva York, sin que se sepa cómo y por qué andaba por allí, aunque sí consta que dejó una gran familia en España, incluyendo hermanos y una hermana, su madre, su padre, tíos y tías.

Al estallar la Guerra se alista en la Compañía C del 39º de Infantería de Nueva York, y un día antes de salir hacia el frente se casa con Frances (Fannie) Taft. (De hecho, lo que se sabe del personaje es a partir de las amorosas cartas, unas 200, que desde el campo de batalla dirige a su esposa).

En la batalla de Gettysburg (julio de 1863) el capitán Álvarez de la Mesa fue herido de bala en un pie, aunque lo peor para su integridad física fue que, al caer, fue pisoteado por sus hombres; el 30 de septiembre de 1863 fue dado de baja en el servicio, presumiblemente a causa de las heridas recibidas, y pasó a formar parte de la Reserva del Cuerpo de Veteranos.


En 1865 encontramos a Carlos trabajando en el hospital militar de Albany, mientras que Fannie y sus tres hijos viven en Grafton, Massachusetts, cerca de la familia de ella. Años después, Álvarez enferma a causa de enfermedades venéreas presumiblemente contraídas durante la guerra (Mateo, 7:1-2), y muere en un manicomio de Washington en 1872.

Está enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington junto a su hijo, que murió mientras servía como médico militar en la guerra entre España y EEUU (1898).

Nieto suyo fue el general de la II Guerra Mundial, Terry de la Mesa Allen, Sr., comandante de la 1ª División de Infantería (The Big Red One) en el norte de África y Sicilia, y más tarde de la 104ª división de Infantería, con la que llegó hasta Colonia en 1945.

14/2/15

Una historia (no inventada) para San Valentín


Thomas C. Dula, conocido como "Tom Dooley" nació en 1845 en el Condado de Wilkes (Carolina del Norte); a los 17 se alistó en el ejército confederado (Compañía K, 42º Regimiento de Infanteria de Carolina del Norte), en el que permaneció hasta el final de la Guerra.


Dula sufrió varias heridas en diferentes batallas y sus dos hermanos perecieron en la contienda. Dula andaba en amores con Anne Foster, pero la muchacha, durante la ausencia de Tom, aprovechó para casarse con un tal James Melton.

Un clavo saca otro clavo (al menos eso dicen los que no entienden de carpintería), así que al regreso Tom empieza relaciones con Laura (una prima de Anne), quien pronto queda embarazada, por lo que ambos deciden escaparse juntos. No se volvió a ver a Laura con vida, porque se encontró su cadáver con varias puñaladas.

Por lo visto, aunque Anne ya estaba casada, no llevaba muy bien los nuevos amores de Tom con Laura; se decía que Anne seguía enamorada de Tom, por eso, en un primer momento, fueron detenidos ambos y acusados de la muerte de Laura. De hecho, fue la información que brindó Anne la que permitió descubrir el cuerpo de Laura.

El amor, lo que tiene, que viene y se va (siguen diciendo los que no entienden de carpintería): Anne acusó a Tom del asesinato, éste no quiso implicarla a su vez, y cargó con toda la culpa. Tom fue ahorcado el 1 de mayo de 1868, con 22 años.

En 1929 el violinista G. B. Grayson y el guitarrista Tom Whitter componen la canción “Tom Dooley”, que años después es grabada (su versión más conocida) por el “Kingston Trío”, llevándola al primer lugar de las listas en EEUU en 1958.


Cuando mi padre paraba en el Roma a principios de los 60, Viñas recibía los discos con los que la casa “Fundador” promocionaba su coñac; porque le sobraran, o por amistad, le regaló muchos a mi padre, discos que conservo, y en uno de los cuales escuché por primera vez el “Tom Dooley” de los Kingston:


Y en 2012, cuando Neil Young se reunió de nuevo con los “Crazy Horse” para grabar el álbum ‘Americana’. hicieron también una versión de la balada de Tom Dooley

10/2/15

Demasiadas cosas en la cabeza

Thomas William Chandler había nacido en Inglaterra en 1829; vivía en Nueva York y trabajaba de sastre, más concretamente cortando camisas. En 1854 se casó con Fanny Stevenson y tuvieron dos hijos y una hija.

Thomas se alistó como soldado raso en el 67º de Nueva York en 1861, al estallar la Guerra; en 1863 fue ascendido a sargento, y en 1864 a segundo teniente.

El 25 de marzo de 1865 recibió un balazo en la cabeza, en el lado izquierdo. Pasó 35 días en un hospital de campaña, y 30 días más en situación "oficial" de permiso... todo ello con la bala alojada en su cabeza, bala que por fin le fue extraída por un médico de Brooklyn, el dr. John Johnson.

Luego nos quejamos de andar por ahí con demasiadas cosas en la cabeza.

Esto es de su solicitud al gobierno, en 1880, de una pensión como herido de guerra: "Su trabajo en la vida civil era el de capataz en una fábrica de camisas. Su herida le impide continuar con su trabajo. La labor de cortador de camisas requiere cuidado y atención y emplear la mente constantemente: tiene que recordar cuántas piezas ha recortado y su memoria no le permite hacerlo con precisión y rapidez, y por tanto su herida reduce sus ganancias unos 60$ al mes. Las temperaturas extremas afectan a su cabeza y la herida debilita y distrae su capacidad mental".

El tipo era discreto, tampoco pedía mucho, 15$ al mes. Y lo hacía 15 años después de haber sido herido.

Thomas William Chandler murió el día de San José de 1882 a los 52 años. De una congestión cerebral.

5/2/15

Rankings

Nathan B. Forrest (Troiani)

Aunque sea una lista personalísima (espero que no caprichosa) es complicado hacer un ranking de los mejores jefes de caballería de la Guerra de Secesión.

He descartado (aparte de personajes nefastos por su ineptitud, aunque algún día también se puede hablar de ellos) a aquéllos que no participaron en acciones de renombre, así como a los que no ostentaron el mando, como mínimo, de una brigada.

Tampoco he incluido a los que, cumpliendo esas condiciones, actuaron al mando de la caballería sólo circunstancialmente (por ej., Sheridan).

Y, al contrario que los chinos de Shangai, no tengo en cuenta los premios Nobel.

Wheeler
(Pinchando en cada nombre  —los que tienen enlace—  se llega a cada post de este blog en que hablaba de cada uno de ellos).

Confederación:
6, Wade Hampton

Mosby y Stuart (Wright)
John Hunt Morgan (Kunstler)
Jackson y Ashby (Strain)

Unión:
2, James H. Wilson

Buford y su Estado Mayor
Grierson

Esta es mi lista, tan convencional y discutible como otra cualquiera, pero teniendo en cuenta:

  • Es difícil no incluir gustos y preferencias personales en una cuestión que no es mensurable al modo de las estadísticas de los jugadores de baloncesto.
  • La de Secesión fue una especie de "frontera" entre la guerra clásica y la moderna; y una de sus innovaciones fue la irrupción de la propaganda de los medios de comunicación a la hora de encumbrar y hacer populares a los combatientes.
  • La opinión común se encontraba también condicionada por circunstancias tales como el Estado de procedencia, el valor demostrado en combate (aunque en algún caso fuera temerario, inútil y nada profesional), el éxito con las mujeres (sí), sus contactos políticos, lo llamativo de su vestimenta e incluso su pertenencia a la masonería.

Pero en mi opinión, gente como JEB Stuart (en el Sur), sin negar su profesionalidad, experiencia previa a la guerra y éxito general de su cometido (aunque con excepciones determinantes), se encuentra algo sobrevalorada por el hecho de ser un virginiano en un ejército de virginianos, aparecer como el tipo de "héroe" que gustaba a los periódicos, y haber vivido deprisa, muerto joven y dejado un bonito cadáver.

Y (también en mi opinión) George Custer en el Norte fue el típico ejemplo de egocéntrico en busca de gloria y reconocimiento personal, celoso de sus compañeros mejores soldados, poco profesional en ese valor temerario y egoísta que hace siempre perder vidas inútilmente, y mimado por los medios de comunicación, los historiadores (y cineastas poco rigurosos) por sus acciones durante la guerra así como después, tras el estúpido suicidio colectivo en Little Big Horn.

Por cierto, que los cineastas poco rigurosos suelen dejarnos obras maestras.

2/2/15

No era como Mrs. Danvers

Mary Larkin nació en abril de 1822 en Galway, en el oeste de Irlanda. Fue educada en un convento, donde aprendió a ser costurera. Se casó con un capitán de barco, Matthias O'Melia, y quedó viuda a los 25 cuando aquél se perdió en el mar.

Mary O'Melia no se quedó en el muelle hablando con las olas, sino que cogió a sus hijos y emigraron todos a EEUU, estableciéndose en Baltimore en 1850.

En 1861, con la Guerra a punto de empezar, dejó a sus hijos para visitar a unos amigos de Richmond, en el Sur; pero cuando Virginia abandonó la Unión, encontró grandes dificultades para regresar al Norte. Como buena irlandesa católica, apeló al obispo para que intercediera en su favor y éste le presentó a Varina Davis, esposa de Jefferson Davis, el presidente de los Estados Confederados.

Varina convenció a Mary O'Melia para que aceptara el puesto de ama de llaves de la Casa Blanca de la Confederación, a pesar de la separación de sus hijos. Con el tiempo, Mary se convirtió en confidente de la primera dama, y el hecho de que no sepamos mucho de esas confidencias habla muy bien de la discreción del ama de llaves.

Mary permaneció en la Casa Blanca de la Confederación (al frente de un equipo de sirvientes de más de 20 personas) hasta la caída de Richmond en 1865… y más allá, pues al huir los Davis para no ser capturados por los nordistas (al final lo fueron), Mary se quedó manteniendo la casa todo lo bien que le fue posible. Después regresó a Baltimore, donde trabajó en diversos internados hasta su muerte en 1907.

Cuando supe de esta historia imaginaba a Mary O'Melia así como Mrs. Danvers, pero muy recientemente se ha descubierto una foto con su verdadero rostro.