14/7/14

Gott mit uns

Hoy quizás sea un buen día para hablar de alemanes.

Helmuth von Moltke (1800–1891) fue un Mariscal de Campo cuyo genio militar ayudó a convertir a Prusia en el Estado hegemónico en Alemania. Bajo su dirección, Prusia derrotó a Dinamarca en 1865, a Austria en 1866 y a Francia en la guerra de 1870, y puede decirse que fue la figura crucial del último período del siglo XIX en el arte de la guerra europea.


Para lo que aquí interesa, goza de cierta fama una frase que se le atribuye en relación con la campaña del general Sherman en 1864 a través de Georgia y las Carolinas. A partir de los informes que los observadores prusianos en la Guerra de Secesión enviaban a Berlín, y más concretamente sobre las tácticas militares en la mencionada "Marcha de Sherman", se cuenta que Von Moltke afirmó:

"No hay nada de valor que se pueda aprender de los movimientos de una turba armada".

No es una frase que sentara muy bien a los americanos, ni a los de entonces ni a los de ahora, más viniendo de un prusiano bastante estirado. Sin embargo, los más serios historiadores (americanos, además) tienen dudas sobre la autenticidad de la cita, y más sobre su atribución a Von Moltke.

No soy un serio (ni tan siquiera jovial) historiador, ni americano, pero me inclino a pensar que Von Moltke no afirmó nunca eso (aunque seguramente lo pensara), porque no me pega de un tipo que se dedicaba a ganar batallas  —y guerras—  sin mayores pamplinas, que se negó en su lecho de muerte a decir unas "últimas palabras para la posteridad" a pesar de los cansinos que le insistían para ello, y de quien se decía que "sabía callar en siete idiomas".

Otra frase: “Hay cuatro clases de oficiales: los inteligentes, los trabajadores, los vagos y los tontos. En la mayoría de los casos, las cualidades concurren de a dos. Los que son vagos y tontos conforman el 90 por ciento de la oficialidad. Los inteligentes que son trabajadores hay que mandarlos al Estado Mayor. El inteligente que es vago califica para las más altas tareas de mando porque sabe delegar y tiene el aplomo y la claridad mental necesarios para tomar decisiones de peso. Y del tonto y trabajador hay que protegerse y nunca delegarle ninguna responsabilidad porque siempre causará alguna desgracia”.

Si bien el autor de esta cita (Kurt von Hammerstein-Equord) nació en 1878, pensaba leyéndola lo aplicable que resulta a casi todos los ejércitos (¿otras organizaciones también?) que han sido en la Historia y, por supuesto y especialmente, a los de ambos bandos de la Guerra de Secesión.

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