31/7/14

Hojas de Hierba

Walt Whitman llevó una vida bastante convencional-lineal-burguesa: funcionario, oficinista, presunto sodomita, periodista, librero, maestro, tipógrafo... (las actividades no están ordenadas ni cronológicamente ni por grado de indignidad, aunque pueda parecerlo).


Si bien ya escribía desde mucho antes, fue la Guerra lo que marcó de algún modo su poesía en esos años y ya hacia adelante, tanto para lo bueno como para lo malo: por ejemplo, el famoso  "Capitán, mi capitán" es una elegía barata y fácil (si es que alguna elegía no lo es), y espero que mi opinión no esté muy condicionada por antipatía hacia Lincoln, a quien iba dedicada.

Durante la Guerra hizo de voluntario en sus ratos libres (siendo funcionario a dedo, supongo que no eran pocos) como enfermero de un hospital militar en Washington. De esa experiencia resultaron algunos relatos y libros y, seguramente, este poema:


Una escena de campamento, al alba gris y sombría...
Al salir de mi tienda, temprano y desvelado,
paseando lentamente, en el aire frío, por el sendero junto a la tienda-hospital,
veo tres figuras acostadas en una camilla,
tres figuras yaciendo abandonadas allí,
cubiertas con una manta, con una amplia manta de lana oscura,
una manta gris y pesada que lo envuelve y cubre todo.
Curioso, me detengo en silencio.
Luego, con mis dedos levanto ligeramente a la altura del rostro la manta del primero, el más próximo. ¿Quién eres, anciano flaco y horrendo de pelo gris y ojos hundidos en las cuencas?
¿Quién eres, amado camarada?
Después avanzo hacia el segundo... ¿Quién eres tú, pequeño hijo mío?
¿Quién eres tú, dulce niño de mejillas aún en flor?
Y después, el tercero... No es un rostro de niño ni de anciano:
es un rostro muy sereno, como de marfil blanco amarillento.
Creo que te conozco, joven. Creo que este rostro es el rostro de Cristo,
muerto y divino, hermano de todos, que yace aquí de nuevo.



A 31 de julio y tras 86 entradas (incluida ésta) con periodicidad diaria, creo que ha llegado el momento de pisar el freno. Seguimos, pero con más calma.

30/7/14

Deserción y ultraje

El 20 de junio de 1864, a las nueve de la mañana, William Henry Johnson fue colgado cerca de las trincheras de la Unión que rodeaban Petersburg.

William Henry era soldado raso en la compañía E, del 23º Regimiento de los EEUU (tropas de color). Había sido acusado de deserción y de ultrajar a una mujer blanca. Para construir la horca, se solicitó una corta tregua de las cercanas tropas confederadas, y se invitó al fotógrafo Timothy O'Sullivan para que “inmortalizara” el momento.


Sin embargo, los confederados no estaban para muchas treguas (creían que la horca era para uno de los suyos) y las tropas de la Unión que asistían a la ejecución hubieron de refugiarse del bombardeo, quedando sólo expuestos el condenado, el verdugo y el capellán que le atendía en sus últimos momentos. Aún así, un sargento del 10º de Massachusetts, George F. Polley, resultó destrozado por un proyectil de artillería. (El periodo de alistamiento de su Regimiento estaba a punto de expirar y esa misma mañana Polley había grabado en su taza de café, con aburrida clarividencia, su nombre y a continuación “muerto en junio de 1864”).

Bajo bandera blanca, los nordistas explicaron a los confederados que la movida trataba de colgar a un negro que había intentado forzar a una mujer blanca; los sudistas no necesitaron más para cesar el fuego y permitir que la ejecución de William Henry Johnson se llevara a cabo (y se fotografiara) sin más interrupciones.

29/7/14

Misisipi

El Estado de Misisipi (lo escribo así porque nunca me aclaro cuántas 'p' y 's' lleva, y dónde) formaba parte de los Estados Confederados del Sur; en él tuvieron batallas importantes, como el determinante sitio de Vicksburg (cuyo éxito permitió al Norte el control absoluto del río), y otras menos trascendentes, según para quién, como ésta.

Y una ciudad importante de ese Estado era (y es) Jackson:

28/7/14

El nieto de Joe Wheeler

En el general de caballería confederada Joseph Wheeler (1836–1906) concurrió la curiosa circunstancia de, tras acabar la guerra derrotado, ser nombrado general del ejército de los EEUU y actuar como tal en Cuba y Filipinas, en el marco de la guerra contra España.


Wheeler fue un más que notable comandante de caballería durante la Guerra de Secesión, si bien fueron famosos sus desencuentros con el también general Nathan B. Forrest, que le odiaba de forma bastante sentida. Forrest llegó a decirle: "me encontrarán en mi ataúd antes de volver a luchar a tu lado".

En 1898 encontramos a Wheeler al mando de la caballería en la Guerra de Cuba; en la batalla de las Guasimas les dimos pal pelo; con la emoción de la batalla al viejo Wheeler se le fue a la olla regresiva y, señalándonos a los españoles, gritó a sus hombres: "¡Vamos, muchachos! ¡Hagamos correr de nuevo a esos malditos yanquis!".

Tras su paso por Filipinas, en 1902 Wheeler acudió con su uniforme de gala de general de los EEUU a la ceremonia de celebración del centenario de la Academia de West Point; al encontrarse allí con sus antiguos compañeros de academia y también generales de la Confederación, Edward P. Alexander y James "Pete" Longstreet, éste último le dijo: "Joe: espero que Dios Todopoderoso me lleve antes que a tí, porque quiero estar en las puertas del infierno para escuchar a Jubal Early maldecirte con tu uniforme azul". (El viejo Early, muerto en 1894, era el general confederado, y no sólo confederado, con más agria, gruñona y mala leche que vio la Guerra).

En "Matar a un Ruiseñor" de Harper Lee aparece el personaje de Dill Harris, el niño amigo de Jem y Scout Finch. El bueno de Dill, según Scout, la narradora, "sabia contar las mentiras más gordas que oí. Entre otras cosas, había subido a un avión correo diecisiete veces, había estado en Nueva Escocia, había visto un elefante, y su abuelito era el brigadier general Joe Wheeler y, además, le dejó la espada".

27/7/14

Pulp fiction

Las "revistas pulp" eran publicaciones baratas y muy populares en los EEUU durante la primera mitad del siglo XX. En ellas se publicaban historias de ficción (a menudo presentadas como narración de hechos reales) sobre temas muy diversos: romance, fantasía, detectives, ciencia ficción, western...

Will Hulsey fue uno de los ilustradores más famosos de portadas de este tipo de revistas; aquí algunas de las dedicadas a la Guerra de Secesión (años 1958 y 1959):

26/7/14

Tebeos en Pedro Saco

Jean Giraud (1938-2012), quien también firmaba sus obras más experimentales como "Moebius", dibujó casi de todo a lo largo de su carrera (incluso a Galactus y a Estela Plateada), pero su personaje más famoso fue el que creó, junto al guionista Charlier, para la revista 'Pilote' a mediados de los 60: el teniente Blueberry.

Empecé a leer las aventuras de Blueberry en una pequeña biblioteca que había en Pedro Saco, y caminaba por el Porvenir deseando que nadie hubiera cogido el "álbum" (los de `Pilote` se llamaban entonces así) antes que yo... batallitas de viejo, ni caso, a lo que iba: que el teniente Blueberry luchó en su juventud en la Guerra de Secesión, y que lo hizo por ambos bandos, por cierto.

De estas ilustraciones, la de Blueberry nordista está dibujada por Giraud; las otras, ya fallecido Giraud, son de Michel Blanc-Dumont.




Más.


"Los Guerreras azules" (en el francés original, 'Les Tuniques bleues') es otra serie de cómic que narra las aventuras del sargento Chesterfield y el cabo Blutch. Fue creada en 1968 para la revista 'Spirou' por el guionista Raoul Cauvin y el dibujante Louis Salvérius; tras la muerte de este último, Willy Lambil retomó sus dibujos. En octubre de 2012, la serie, una de los más populares del cómic franco-belga, contaba con 56 álbumes.

25/7/14

Missouri

Missouri fue uno de los estados "fronterizos", de esos que vivieron su particular guerra civil entre esclavistas y antiesclavistas.

En Missouri tuvieron lugar batallas como la de Westport, en la que participó Jeremías Johnson y allí nacieron William Quantrill, Jesse James (de quienes hablaba aquí) y, no menos importante, Sheryl Crow.

Y de música pongo una de Ry Cooder, de la banda sonora que hizo para la película "Forajidos de leyenda" (Walter Hill, 1980), que cuenta las andanzas de los hermanos James, Younger, y el resto de la banda, interpretados también, a su vez, por los hermanos Carradine y Quaid.

24/7/14

Túdequiénvienessiendo

Una de genealogías, tipo viejal visillo, o en plan “túdequiénvienessiendo”.


El coronel Samuel McCartney Jackson, de Pennsylvania (el de la foto), luchó al mando de su Regimiento en las batallas de Gaine’s Mills, segunda del Bull Run, Antietam, Fredericksburg, Gettysburg (donde se distinguió especialmente), Spottsylvania y Wilderness (en esta última al mando ya de una brigada).

Tras enviudar en 1864, Jackson volvió a casarse en 1869 y tuvo cinco hijos de su segundo matrimonio, dos chicos y tres chicas. Una de ellas se llamaba Bessie.

James Maitland Stewart, también de Pennsylvania, se alistó en el Ejército del Norte, participó en las batallas de Winchester, Cedar Creek y Fisher's Hill, y se licenció como sargento. James tuvo dos hijos, Alexander y Ernest.

Pues Alexander Stewart y Bessie Jackson se casaron; cuando en la II Guerra Mundial los japoneses atacaron Pearl Harbour, el hijo mayor de Alexander y Bessie quiso alistarse en las Fuerzas Aéreas, ya que tenía experiencia como piloto de aviones.

Al principio no lo admitieron, ya que, a pesar de su gran estatura, era demasiado flaco. Después, moviendo algunas influencias y ganando algo de peso, lo consiguió. Fue uno de los pocos casos en la IIGM en los que, partiendo de soldado raso, acabó la contienda como coronel, y muy condecorado, después de múltiples misiones de bombardeo tras las líneas enemigas al mando de su B-24.


Cuando el hijo de Alexander y Bessie regresó a casa tras la guerra, trabajó en una película en la que anhelaba viajar por el mundo y conseguir la luna para su novia Mary, aunque finalmente se quedó para siempre en el pueblo.

Y más tarde fue al funeral de Tom Doniphon, la flor de cactus sobre la caja.

(Entrada dedicada hoy a atiquetecuento)

23/7/14

Epitafio

"Ni por fama o recompensa, ni por puesto o rango, ni atraídos por la ambición o acosados por la necesidad, sino en simple obediencia al deber tal como ellos lo entendían, estos hombres lo padecieron todo, lo sacrificaron todo… y murieron".


En el monumento a los confederados en el Cementerio Nacional de Arlington.

22/7/14

Otro bocazas

Joseph Hooker, general de la Unión y otro bocazas, tenía una tan alta opinión de sí mismo como inalcanzable para el resto de mortales.

Joe Hooker
Mientras estuvo en mandos subordinados se dedicó a criticar en público (y peor aún: en privado) la ineptitud de sus superiores, muchas veces con toda la razón; pero una vez que recibió el mando supremo del Ejército del Potomac (la principal fuerza de la Unión en el teatro de operaciones del este) y con todas las circunstancias a su favor, recibió una derrota sin paliativos (en Chancellorsville, mayo 1863) a manos de las fuerzas muy inferiores en número y equipamiento de Bobby Lee quien, de paso, le impartió en todo el lomo un curso acelerado de táctica, rápido movimiento de tropas, audacia y humildad.

Para hacerse una idea, justo antes de la batalla (y de su infamante derrota) exclamó: "Tengo el más perfecto ejército del planeta. Tengo el más perfecto ejército que nunca haya brillado bajo el sol. Si el enemigo no huye, Dios les ayudara. Quizás Dios tenga piedad del general Lee, porque yo no la tendré".

El cuartel general de Hooker era famoso por su, digámoslo así, relajada disciplina. El grupo de prostitutas que siempre acompañaba al general y a su Estado Mayor era conocido como “la Brigada de Hooker"; incluso hay quien dice que ahí está el origen del término "hooker" como una forma de referirse (en inglés, en argot) a las prostitutas. Sin embargo el uso de esa expresión es anterior a los "festivales" del general, aunque seguro que él contribuyó a mantenerla y que no se perdiera (la expresión, digo).

21/7/14

Nueva York

Nueva York era el Estado más populoso durante la Guerra y, por tanto, el que aportó mayor número de soldados al Ejército de la Unión, incluso de emigrantes irlandeses.

En su territorio no tuvieron lugar batallas, pero sí líos, como el motín de 1863 contra los reclutamientos forzosos.

Del Estado de NY eran los generales Butterfield y Sickles. Y para amenizar:

20/7/14

March. Maybe April


La batalla de Westport (la pintura es de N.C. Wyeth, de 1921) se libró en octubre de 1864, en Kansas City, Missouri. Las fuerzas del norte derrotaron a las de la confederación en un combate en el que participaron 30 mil hombres, lo que lo convirtió en uno de los más grandes librados en el oeste durante la Guerra.

Entre esos 30 mil hubo, evidentemente, participantes conocidos: Buffalo Bill sirvió como soldado raso en el 7º de Kansas (caballería), Wild Bill Hickock actuó como explorador, y Frederick Benteen (que participaría al mando de Custer —y sobreviviría— en Little Big Horn) estaba al mando de una brigada de caballería.

Y, formando parte del 2º de Caballería de Colorado, John Johnson, más conocido como Jeremiah Johnson y en cuyas peripecias está basada la película de 1972 de Sidney Pollack, de la que enlazo tres pequeños e impagables fragmentos:



Jeremiah Johnson: You wouldn't happen to know what month of the year it is?
Bear Claw: Why no, I truly wouldn't. I'm sorry, pilgrim. Winter's a long time going?
Jeremiah Johnson: Ah.
Bear Claw: Stays long this high.
Jeremiah Johnson: March. Maybe April.
Bear Claw: March maybe. I don't believe April [...]

19/7/14

Ejecución de un suizo

 

La imagen es del momento de la lectura de la sentencia de muerte dictada, al acabar la guerra, contra Henry Wirz, comandante del campo de prisioneros nordistas de Andersonville justo antes de su ejecución.

"Andersonville", 1996
Wirz (nacido en Zurich) sólo estuvo un año, el último de la guerra, al mando de Andersonville; las extremas condiciones de "vida" de los internos (sin techo, sin comida, sin medicinas, sin agua potable) no eran mucho mejores que las de un campo nazi o soviético de la IIGM. Durante los 14 meses de existencia del campo de Andersonville pasaron por allí 45 mil prisioneros, de los cuales murieron unos 13 mil. Y los que quedaron tampoco estaban para bromas.

Wirz fue juzgado por múltiples asesinatos, muchos de ellos cometidos por su propia mano, y colgado en la horca el 10 de noviembre de 1865, en el lugar en el que hoy se ubica el Tribunal Supremo de los EEUU. Su cuello no se rompió con la sacudida de la caída y se asfixió lentamente pataleando en el aire hasta morir.

Tiempo después apareció como falso el principal testimonio (aquí cuento de uno de los testigos) que condujo a su condena, y aparecieron datos que demostraban que las infrahumanas condiciones del campo de prisioneros no sólo no le eran imputables, sino que Wirz hizo mucho por remediarlas.

Pero es lo que tiene la pena de muerte, que una vez ejecutada es difícil reponer las cosas a su estado primitivo.

18/7/14

Canciones de guerra

La canción "When this cruel war is over (Weeping sad and lonely)", compuesta por Henry Tucker y con letra de Charles Carroll Sawyer, fue un auténtico "jitparei" durante la Guerra, en ambos bandos además: se vendieron más de un millón de copias de la partitura.


Es verdad que no tiene una melodía muy elaborada, pero tampoco cabe pretender que los soldados se pusieran con experimentos dodecafónicos alrededor de un fuego de campamento en mitad del invierno de Virginia; y antes de concluir que la letra es básicamente cursi, pensemos en las circunstancias de quien la canta añorando a sus seres más queridos sin saber si los volverá a ver o, peor, sabiendo que no lo hará.

 

Ya puestos, contaré que similar función que esta canción, cumplía en la IIGM (al menos para el bando aliado) la popularizada por Vera Lynn, "We'll meet again", de Ross Parker. Mejor canción, sí, pero hay que tener en cuenta que la música popular y las armas de destrucción masiva habían evolucionado mucho desde la Guerra de Secesión:


Y para cerrar el círculo de canciones nostálgicas de guerra, un recuerdo para los lectores de "Signal" con la canción de Hans Leip y Norbert Schultze cantada por la, para mí, mejor artista de la primera mitad del siglo XX (y parte de la segunda):

17/7/14

Tennessee

Tennessee formó parte de la Confederación del Sur y fue el último de los Estados en declarar su secesión de los EEUU.

En su suelo tuvieron lugar las batallas, entre otras, de Shiloh, Stones River, Chattanooga, Nashville, Franklin... De Tennessee era Nathan B. Forrest.

Y por amenizar (sobre todo por eso):

16/7/14

"No cedan ni un milímetro"


Strong Vincent se graduó en Harvard en 1859, y empezó a ejercer de abogado hasta que comenzó la Guerra. En mayo de 1863, con 26 años, asumió el mando de la 3ª Brigada, 1ª División, V Cuerpo, del Ejército del Potomac.

Había empezado la campaña de Gettysburg (julio de 1863) sabiendo que su joven esposa Elizabeth, con la que se había casado el día en que se alistó en el ejército, esperaba su primer hijo.

Su brigada defendió y mantuvo heroicamente el flanco izquierdo de la Unión el segundo día de Gettysburg (2 de julio). Su espada había quedado ¿olvidada? en su vaina, en su caballo, por lo que dirigió a sus tropas (su frase famosa: “no cedan ni un milímetro”) únicamente armado con la fusta de su esposa, que ésta le había regalado. Una bala le hirió en el muslo y en la ingle; su agonía duró cinco días, al cabo de los cuales murió.

Ilustración de Don Troiani

Su esposa dio a luz dos meses después a una niña que murió antes cumplir un año; fue enterrada junto a su padre.

Chamberlain recibiendo instrucciones de Vincent
(Keith Rocco)

15/7/14

El pequeño coronel

El 26º de Carolina del Norte es famoso por dos cosas: porque fue el Regimiento, de ambos bandos, que sufrió más bajas durante una sola batalla (en Gettysburg, casi seiscientas de un total de 800), y porque contó con el coronel al mando más joven (20 años) también de ambos ejércitos.
Henry K. Burgwyn
No quiero insinuar que esa juventud tuviera que ver con las espantosas pérdidas, pues la ineptitud, estupidez e inexperiencia militares existían por doquier entre la oficialidad de la Guerra de Secesión, con independencia de la edad.

El coronel ("the boy colonel") Henry K. Burgwyn, Jr. (3 de octubre 1841 - 1 de julio de 1863) murió en la batalla de Gettysburg dos largas y desesperantes horas después de haber recibido un tiro en el abdomen, concretamente entre los pulmones.

Ilustración de Don Troiani

14/7/14

Gott mit uns

Hoy quizás sea un buen día para hablar de alemanes.

Helmuth von Moltke (1800–1891) fue un Mariscal de Campo cuyo genio militar ayudó a convertir a Prusia en el Estado hegemónico en Alemania. Bajo su dirección, Prusia derrotó a Dinamarca en 1865, a Austria en 1866 y a Francia en la guerra de 1870, y puede decirse que fue la figura crucial del último período del siglo XIX en el arte de la guerra europea.


Para lo que aquí interesa, goza de cierta fama una frase que se le atribuye en relación con la campaña del general Sherman en 1864 a través de Georgia y las Carolinas. A partir de los informes que los observadores prusianos en la Guerra de Secesión enviaban a Berlín, y más concretamente sobre las tácticas militares en la mencionada "Marcha de Sherman", se cuenta que Von Moltke afirmó:

"No hay nada de valor que se pueda aprender de los movimientos de una turba armada".

No es una frase que sentara muy bien a los americanos, ni a los de entonces ni a los de ahora, más viniendo de un prusiano bastante estirado. Sin embargo, los más serios historiadores (americanos, además) tienen dudas sobre la autenticidad de la cita, y más sobre su atribución a Von Moltke.

No soy un serio (ni tan siquiera jovial) historiador, ni americano, pero me inclino a pensar que Von Moltke no afirmó nunca eso (aunque seguramente lo pensara), porque no me pega de un tipo que se dedicaba a ganar batallas  —y guerras—  sin mayores pamplinas, que se negó en su lecho de muerte a decir unas "últimas palabras para la posteridad" a pesar de los cansinos que le insistían para ello, y de quien se decía que "sabía callar en siete idiomas".

Otra frase: “Hay cuatro clases de oficiales: los inteligentes, los trabajadores, los vagos y los tontos. En la mayoría de los casos, las cualidades concurren de a dos. Los que son vagos y tontos conforman el 90 por ciento de la oficialidad. Los inteligentes que son trabajadores hay que mandarlos al Estado Mayor. El inteligente que es vago califica para las más altas tareas de mando porque sabe delegar y tiene el aplomo y la claridad mental necesarios para tomar decisiones de peso. Y del tonto y trabajador hay que protegerse y nunca delegarle ninguna responsabilidad porque siempre causará alguna desgracia”.

Si bien el autor de esta cita (Kurt von Hammerstein-Equord) nació en 1878, pensaba leyéndola lo aplicable que resulta a casi todos los ejércitos (¿otras organizaciones también?) que han sido en la Historia y, por supuesto y especialmente, a los de ambos bandos de la Guerra de Secesión.

13/7/14

Mackie en el río James

El USS Galena participó en la batalla de Drewry's Bluff (mayo 1862), en el río James, a 8 millas de Richmond (la capital confederada).

El barco fue alcanzado 44 veces en el costado de babor y perforado por 13 balas de las baterías costeras confederadas (algo se puede apreciar en la fotografía).



El cabo John F. Mackie, distinguido en la acción (aparece en la imagen en color), fue el primer Infante de Marina de los EEUU en recibir la Medalla de Honor del Congreso.

Pintura de Charles Waterhouse

12/7/14

Más ilustradores: John Paul Strain


Aquí el bueno de A.P. Hill despidiéndose de su esposa Kitty Morgan en el invierno de 1862-1863. Fuentes apócrifas cuentan que ella le dice en ese momento: "Voute botar de menos".



El general 'Stonewall Jackson' y el teniente coronel Turner Ashby en el arroyo Opequon, febrero de 1862.

Ashby murió en junio de 1862 de un disparo en el corazón mientras lideraba una carga a pie, ya que su caballo había sido herido; la ironía: un gran jefe de caballería caído de esa forma. Dicen que sus últimas palabras fueron: "Forward my brave men!". Bueno. Igual sí.



El mayor John Pelham y los generales Stuart, Jackson y Lee cerca de Fredericksburg, Virginia, en el invierno de 1862-1863.

11/7/14

Yo estoy listo; salvaos vosotros.

Richard Kirkland era, con 19 años, sargento del 2º de Voluntarios de Carolina del Sur el 14 de diciembre de 1862, en Fredericksburg, Virginia; desde su posición parapetada en la base de una colina, los Confederados barrieron las diferentes oleadas atacantes de la Unión que, por brigadas, intentaban asaltar las posiciones sudistas desde terreno descubierto y totalmente desguarnecidos.

La retirada de los del Norte dejó el campo de batalla lleno de bajas; los heridos, muchos de ellos agonizantes, gritaban de dolor. Kirkland solicitó permiso para acercarse a los heridos y darles al menos algo de agua; cuando al fin se lo concedieron fue bajo la condición de que acudiera él solo y sin la protección de una bandera blanca; el sargento cargó con todas las cantimploras que pudo y salió del parapeto a la tierra de nadie.

Ilustración de M. Künstler

Al principio fue recibido por algunos disparos del enemigo, hasta que éste cayó en la cuenta de lo que Kirkland estaba haciendo: dar de beber a los heridos y proporcionarles prendas de abrigo y mantas; lo hizo durante horas, bajo la tensión de que, en un momento dado, un disparo desde cualquiera de las trincheras iniciara un fuego cruzado en el que Richard se vería atrapado.

Escultura de Felix Weldon

Kirkland luchó también en Chancellorsville y Gettysburg, tras la que fue ascendido a teniente. El 20 de septiembre de 1863, durante la batalla de Chickamauga (Georgia), él y otros dos hombres tomaron el mando de una carga; al percatarse de que habían avanzado demasiado con respecto a los hombres que pensaban que les seguían, intentaron volver y en ese momento Richard Kirkland recibió un disparo.

Sus últimas palabras fueron: "Yo estoy listo; salvaos vosotros y, por favor, decidle a mi padre que morí bien".

Hay quien dice que el asunto de las cantimploras tiene mucho de inventado; lo cierto y seguro (me la juego) es que John Kirkland quedó orgulloso de la vida, por corta que fuera, de su hijo Richard.

10/7/14

First with the most

De familia más que humilde, Nathan B Forrest (1821-1877) hubo de buscarse la vida desde muy joven (incluso comerció con esclavos) y al estallar la Guerra era ya millonario.

Se alistó como soldado raso y, a su costa, formó un Regimiento del que se le nombró coronel (¿quien paga manda?) y poco después ya tenía a su cargo una brigada. Acabó la guerra como Teniente General; arruinado, las malas lenguas lo tienen como uno de los jefazos del KKK aunque sólo está probada su simpatía por esa "organización", simpatía que, por otra parte, era compartida por la gran mayoría de la población sureña blanca.

Durante la Guerra actuó sobre todo en el "oeste" (Tennessee, Alabama, Georgia...), con una habilidad militar innata, autodidacta, que hace que los expertos lo consideren como el más grande líder de caballería de la contienda y, según dicen, sus tácticas (que él resumía con la frase: "llegar primero y con más") aún se estudian en las academias militares.


La imagen es de Don Troiani. Y este guión de Eric Roth:

"Bueno, cuando era bebé, mamá me puso el nombre del gran héroe de la Guerra Civil, General Nathan Bedford Forrest. Ella decía que estábamos emparentados con él de alguna forma. Y ese señor se ve que empezó un club que se llamaba Ku Klux Klan. Se visten todos con túnicas y sábanas y se comportan como una banda de espíritus o fantasmas o algo. Incluso les ponen sábanas a los caballos y los montan (...). Mamá decía que la parte de Forrest era para recordarme que a veces todos hacemos cosas que, bueno, simplemente no tienen sentido".

9/7/14

Abogados de crucero

El tipo de la foto que está de pie, justo bajo el cartel de la tienda, se llamaba George B. Goldschmidt. Nació en Nueva York en 1840, sirvió en la Guerra en el 22º de Nueva York, participó en las batallas de Harper's Ferry y Gettysburg, y alcanzó el grado de Mayor en el 55º de Nueva York.


Con la paz, ingresó en 1870 en el colegio de abogados de Nueva York, siendo uno de los más prominentes leguleyos de la ciudad.

Embarcó en el Titanic, en Cherburgo, como pasajero de primera clase. Aunque su cuerpo jamás fue encontrado, a estas alturas no resulta aventurado suponer que falleció en el naufragio.

8/7/14

La familia Gillis

Norman Rockwell ilustró desde 1916 hasta 1963 las portadas del "Saturday Evening Post"; en algunas de ellas utilizó a los miembros de la familia Gillis, inventada por él, como prototipo de familia americana de la época.


En ésta de 1944 aparecen varias generaciones de los Gillis que lucharon a lo largo de diferentes guerras; así, de izquierda a derecha y de arriba a abajo, Guerra de la Independencia, Guerra de 1812 también contra los ingleses, Guerra de Secesión, Guerra de Cuba contra nosotros, IGM, y IIGM, aún luchándose en el momento de la ilustración.

En los libros de la parte de abajo aparecen títulos como "Great Loves of the Gillises", "Gillis at Gettysburg", "Gillis and Lincoln", "Gillis Genealogy"... evidentemente también inventados por Rockwell, si bien el Post recibió numerosas cartas de lectores apellidados "Gillis" solicitando información sobre dónde obtener ejemplares de esos libros.

A continuación, otras portadas o ilustraciones de Rockwell relacionadas (aunque sea por las vestimentas) con la Guerra de Secesión:

Discurso de Gettysburg (aquí)

"Saturday...", noviembre de 1924

"Saturday...", octubre de 1959

7/7/14

Agotador

Sir Percy Windham (1833-1879) fue el auténtico aventurero decimonónico. Hijo de un oficial de la Royal Navy, nació en un HMS en medio del Canal de La Mancha; a los 15 años participó en la revolución de 1848 que derrocó a Luis Felipe de Francia, sirvió en el ejército francés, volvió a Inglaterra, oficial de la artillería británica, y de allí pasó a comandar un escuadrón de lanceros austríacos.


Siguiente paso: ¿la tuna de ciencias? no. Se unió a los camisas rojas de Garibaldi en la campaña de Sicilia, lo que le llevó a ser nombrado caballero por Víctor Manuel, rey de Italia. Al estallar la Guerra de Secesión ofrece sus servicios al norte; nombrado coronel de caballería de voluntarios, lucha contra "Stonewall" Jackson en el Valle de Shenandoah (donde es capturado y apalabrado), en la Segunda del Bull Run y, al mando ya de una brigada, se enfrenta en el norte de Virginia a la guerrilla de Mosby (el "fantasma gris") llevándose sir Percy la peor parte; participa también en la incursión de la caballería de Stoneman sobre Richmond en la primavera de 1863, y en Brandy Station, junio 1863, donde resultó herido.

Pasó su convalecencia al mando de la caballería del Distrito de Columbia. Licenciado en julio de 1864. Ya. Pero el muy cansino regresa a Italia con Garibaldi para pegar unos últimos tiros; vuelve por fin, terminada la guerra, a Nueva York donde monta una refinería de petróleo que resulta destruida por una explosión. Y para no aburrirse, pues a la India donde, como no podía ser de otra forma, se casa con una viuda rica.

Escritor, conferenciante sobre criminología, comandante en jefe del ejército birmano por un corto tiempo, y ya en la ruina con 46 años, no se le ocurre otra cosa que construir un globo aerostático que, mira por dónde, explota en el aire con él a bordo.

Se dice que la serie de novelas históricas (bastante canallas y divertidas) sobre Harry Flashman, escritas por George McDonald Fraser, están inspiradas en este agotador personaje.

6/7/14

J.E.B. Stuart

Más allá de sus méritos de guerra al servicio del Ejército de Virginia del Norte de Lee (los "ojos y oídos" del Ejército), me llama la atención cómo un militar experimentado, profesional y capacitado (de los pocos así en mandos de responsabilidad en esta Guerra) se deja llevar por su fama de caballero impecable del Sur, guerrero invencible, héroe popular, varóndandy con pluma de avestruz en el sombrero, Murat confederado, barba poblada y uniforme llamativo.

Todo esto (en mi opinión), y que la caballería nordista se hizo cada vez menos inútil, le llevó a fallar estrepitosamente en Gettysburg (picado por su reciente derrota en Brandy Station, se dedicó a hacer "la guerra por su cuenta" y salir en los periódicos), y de ahí hasta su batalla final, en Yellow Tavern, donde recibió un pistoletazo que le llevó a la muerte el 11 de mayo de 1864.

¿Figura sobrevalorada? No estoy seguro. Pero era un virginiano en un ejército al mando de virginianos, aparecía como el tipo de "héroe" que gustaba a los periódicos y vivió deprisa, murió joven y dejó un bonito cadáver.

En esta ilustración de J. P. Strain, Stuart regresa de patrullar con su caballería los alrededores de Washington (invierno de 1861); recientemente (20 de diciembre) ha participado, y ha sido batido, en la batalla de Dranesville (Virginia).


Pero ahora se dirige a sus cuarteles de invierno en el condado de Fairfax; quiere celebrar la Navidad con su mujer, Flora, y sus chavales (Flora y James). A JEB Stuart le quedan tres Navidades, por culpa de una bala en el estómago que le anda buscando por ahí. A la pequeña Flora sólo ésta por culpa del tifus.