15/12/14

El inventor del gordinflas ese del ho, ho, ho.

El Harper's Weekly (A Journal of Civilization) era una revista con sede en NY. Se publicó desde 1857 hasta 1916, y durante la Guerra de Secesión tuvo un éxito notable, siendo famosas sus ilustraciones de batallas y otros episodios de la Guerra.

"Autocaricatura" de T. Nast
Entre sus más influyentes ilustradores estaba Thomas Nast (1840-1902), considerado uno de los fundadores de la caricatura política; de él llegó a decir Lincoln que era "nuestro mejor sargento de reclutamiento". Nast era un furibundo anticatólico y un  —entonces se denominaba así—  “nativista”, esto es, contrario a la llegada de nuevos inmigrantes a Estados Unidos. (Por cierto, que el tipo había nacido en Alemania y había emigrado con su madre a los EEUU a los seis años de edad).

Nast también es conocido por ser el autor de las primeras ilustraciones en las que aparece “Santa Claus” con una imagen que recuerda a la que hoy popularmente se tiene de él, y fue quien le dio una dirección permanente en el Polo Norte para que ningún otro país pudiera reclamarlo y utilizarlo como propaganda… precisamente como hizo el propio Nast durante la Guerra de Secesión.

En esta ilustración de portada del Harper's Weekly de 3 de enero de 1863 aparece Santa Claus repartiendo regalos a soldados de la Unión. El grabado fue encargado por el propio Lincoln, como una forma de sugerir que Papá Noel estaba con los “buenos” y no con los “malos”.


Esta otra, también de Nast para Harper’s Weekly (“Merry Christmas to All”) corresponde ya a la Navidad de 1865, con la Guerra terminada, Lincoln muerto y la paz en los hogares. Papá Noel da un poco de miedo, y en la parte de abajo hay una representación teatral donde aparecen los generales vencedores Sherman (a “caballo”) y Grant, y las cabezas de los generales confederados que presumo serían A.P. Hill, Lee y Ewell. Ahí, reconciliando.


Y esta otra ilustración del Harper's Weekly (enero de 1863), mostrando a una familia en Nochebuena, separada por la Guerra. También de Thomas Nast. Atiende el invento de la tontuna de bajar por la chimenea. A la izquierda. Nunca un Rey Mago se rebajaría hasta tal punto. Jamás. Ni tan siquiera el de cuota.

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