Dicen los que los han contado que la Guerra de Secesión produjo la muerte de 620 mil soldados (aparte civiles), casi todos los actuales habitantes de Zaragoza, por ejemplo. Pero de aquéllos, dos terceras partes murieron por enfermedades, no en combate. Y esa circunstancia no es privativa de la Guerra de Secesión, sino común, en mayor o menor medida (pero no mucho menor), a todas las guerras.
Esto me ha recordado un diálogo de la película Beau Geste (William Wellman, 1939) entre el malvado sargento Markoff (Brian Donlevy) y el moribundo teniente Dufour (James Burke), en el fuerte Zinderneuf de la Legión Extranjera francesa, en medio de la nada del desierto:
—¿Cómo se siente esta noche, teniente?
—Me estoy muriendo.
—Espero que no, señor.
—Voy a morir. Voy a ser enterrado bajo la arena y olvidado. Cuando era niño pensaba que los soldados siempre morían en las batallas. No sabía que había tantos soldados... y tan pocas batallas... y tantas fiebres.
(Y como no encuentro una imagen de esta escena, pongo esta otra de los hermanos John, Beau y Digby Geste)
Esto me ha recordado un diálogo de la película Beau Geste (William Wellman, 1939) entre el malvado sargento Markoff (Brian Donlevy) y el moribundo teniente Dufour (James Burke), en el fuerte Zinderneuf de la Legión Extranjera francesa, en medio de la nada del desierto:
—¿Cómo se siente esta noche, teniente?
—Me estoy muriendo.
—Espero que no, señor.
—Voy a morir. Voy a ser enterrado bajo la arena y olvidado. Cuando era niño pensaba que los soldados siempre morían en las batallas. No sabía que había tantos soldados... y tan pocas batallas... y tantas fiebres.
(Y como no encuentro una imagen de esta escena, pongo esta otra de los hermanos John, Beau y Digby Geste)
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